Disturbia

2.0 de 5.0

Casi todos hemos tenido de alguna forma u otra esa "vecina", que tarde o temprano nos hace perder la cabeza, en la mayoría de los casos no pasa de darle un poema inocente, comprarle unos chocolates o de plano declararle nuestro amor (evidentemente a esa edad no comprendemos que el amor, va más allá de que nos atraiga una persona, pero bueno eso es cuestión de otro tipo de blogs), sin embargo como en toda buena cinta de hollywood, aquí esto parece que no es un asunto que merezca segundas opiniones, ya que los protagonistas descubrirán el amor a primera vista (o más bien a primera espiada).
La cinta inicia con fuerza para marcar el arquetipo de "relación padre-hijo", la posterior culpabilidad, donde inician mis dificultades es cuando el protagonista decide romperle la cara a su mendigo maestro de español, esa parte es sumamente débil y creo que desde ahí la pelí me pierde de cierta forma.
Ya de plano david morse se ve como un vecinito regordito, carrie ann moss le sigue en esa línea.
El arrresto domiliciario se vuelve al cabo de una hora más insoportable para nosotros que para el protagonista, destaca el hecho de que fieles al esquema del cine, el protagonista nunca se mete a la red para intentar matar el tiempo, no chatea con nadie y parece más bien que se trata de uno de esos freaks que luego agarran armas.... y bueno ya se sabe el resto.
La chica y el chico (más el amigo) descubren que algo huele mal en la casa del vecino y blah blah
Asunto casi concluido.
Claro que antes usan dos o tres cliches para intentar dar rienda a la película, pero después de todo lo único que lograron que hiciera fue ver mi reloj un par de ocasiones, me parece prudente mencionar que parece que los protagonistas se ven demasiado forzados a hacerla de amantes, y de plano ella parece que le perdona todo a su joven admirador, o más bien dicho; torpe admirador.
Una lección extra es descubrir como las casas gringas de "suburbia" tienen miles de sótanos y pasadizos que darán pie al desenlance en el que me encanta como dejan miles de cabos sueltos, tan infatiles que hasta el más joven asistente notará como no se resuelven cuestiones elemantales.
La trama se mete muy a fuerzas a pesar de los obvios intentos de complacer a los fanáticos de 13-25 años, realmente creo que no se necesitan los binoculares para observar que la cinta tiene muy poco sostén, eso si las escenas de bikini al menos nos dejan ver algo... poco o mucho; eso quedará en la mente del espectador.